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A nueve meses del asesinato de Adams Ledezma Valenzuela

El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) manifiesta su conformidad por la detención y posterior procesamiento de Cristian David Espínola Cristaldo, alias “Pichu”, sindicado como el presunto autor material del crimen del periodista y dirigente barrial Adams Ledezma Valenzuela, asesinado en la madrugada del 4 de septiembre de 2010 en la villa 31 bis del barrio de Retiro, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por otra parte, FOPEA insta a las autoridades judiciales a realizar una exhaustiva investigación sobre distintos puntos oscuros que pudieran relacionar a este crimen con el accionar de bandas de narcotraficantes en el lugar donde vivía Ledezma.

Entre otras cuestiones, es fundamental conocer si el asesinato de Adams pudo tener que ver con su trabajo como periodista, ya que se había comprometido a denunciar a quienes traficaban droga en la villa, hecho que de probarse configuraría un silenciamiento de los más graves contra la libertad de expresión en la Argentina.

Apenas conocido el asesinato de Adams Ledezma Valenzuela, FOPEA creó una comisión especial de seguimiento del caso (*), que analizó los detalles del hecho y se mantuvo atenta a la detención del presunto autor del homicidio y las revelaciones que surgían del expediente judicial –número 33131/2010-, además de haberse contactado en repetidas ocasiones con los familiares y allegados de la víctima. Del expediente judicial y de las declaraciones de los distintos testigos surge cómo habrían ocurrido los hechos y que derivaron en el procesamiento –el 18 de mayo de 2011- de Cristian David Espínola Cristaldo -indocumentado, nacido el 16 de octubre de 1989 en Paraguay, soltero, desocupado, domiciliado en la Villa 31 de la Ciudad de Buenos Aires-, al que se le imputa de “haber causado la muerte de Adams Ledezma Valenzuela el 4 de septiembre de 2010 aproximadamente a las 5,30 hs.”, frente a una de las viviendas de la Villa 31 bis.

Los hechos:

Según los testimonios recogidos por los investigadores, aquella madrugada de septiembre de 2010 en la escena estaba Espínola Cristaldo -con antecedentes en la violación a la ley de Estupefacientes, por venta de paco- junto a dos jóvenes que se habían acercado a él para comprarle droga. También una chica muy joven con su niña en edad de jardín de infantes, que esperaba allí con el mismo objetivo. (Los nombres y seudónimos de estos testigos no se suministran por ser menores de edad, ni tampoco los de sus padres, por protección).

Siempre de acuerdo a los datos que figuran en el expediente, Adams Ledezma Valenzuela se habría acercado al grupo para intentar frenar esa situación y les preguntó: “¿Qué van a comprar?”. No obtuvo respuesta y entonces les recomendó: “Bueno, entonces, váyanse de acá”. En ese momento, “Pichu” habría sacado un cuchillo de cocina y clavado en “el cuello y en el abdomen” de Ledezma Valenzuela, quien sufrió fuertes “hemorragias internas y externas” y quedó “tendido en el piso”.

Esta escena fue relatada por los testigos mencionados y ratificada por otras tres mujeres que observaron los hechos a una cercana distancia (Los nombres de las testigos tampoco se mencionan por una cuestión de protección a las mismas). Uno de los menores relató –con el consentimiento de su madre- que vio como “Pichu” habría sacado el cuchillo “del interior de su campera” y le daba “una puñalada en el cuello y otra a la altura del estómago”. En el expediente judicial declararon, además, los familiares de Adams y los policías a cargo de la investigación.

Los testigos presenciales sostuvieron que el presunto asesino se volvió a acercar al cuerpo tendido de Ledezma Valenzuela y luego, ya erguido, dibujó un gesto en el aire como diciendo ‘todo listo’ y huyó con el arma. En la fuga, se resbaló en el barro y cayó frente a la vivienda de un vecino. Luego, se levantó trabajosamente, miró al grupo de espectadores que permanecía en el lugar y les gritó: “Ahora, ustedes váyanse de acá”. Y desapareció en un par de saltos. Este relato coincide con lo visto por la otra joven que se había acercado allí a comprar droga y que describió el temor que sentía por lo sucedido.

Un dato que llama la atención fue la aparición de un cigarrillo encendido en la mano de Ledezma, cuando éste no fumaba. También hubo denuncias de los vecinos acerca de la demora en llegar por parte de la Policía y también de la ambulancia del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME).

Unos días después se realizaron allanamientos en la zona y se incautó la campera con la que los testigos vieron a Espínola Cristaldo y el cuchillo que habría utilizado en el crimen. Luego del hecho, el presunto autor del homicidio estuvo prófugo durante meses, pese al pedido de captura internacional que pesaba sobre él.

Una pista importante para hallar al presunto asesino de Adams fue un sobre que uno de los policías a cargo de la instrucción recibió el 12 de octubre de 2010 de parte de una persona desconocida, que contenía en su interior un trozo de papel con anotaciones en manuscrito y una fotografía cortada en la imagen de “quien sería el autor del hecho, Cristian Espínola Cristaldo”. No se pudo saber quién escribió esa misiva.

En ese momento tomó intervención la Unidad Forense, se analizaron con posterioridad las llamadas entrantes y salientes a los celulares de los protagonistas, y se ordenaron nuevas tareas de inteligencia con resultado negativo. La fiscal Viviana Fein estuvo a cargo de la etapa de instrucción.

El pasado 4 de mayo, uno de los policías instructores identificó a “Pichu” en la villa 31 bis y al reconocerlo lo empezó a correr. Le gritó “¡Alto!”, pero el presunto asesino se ocultó rápidamente en una vivienda y luego se entregó a los efectivos que rodearon la zona. Para entonces, la causa ya estaba en manos del juez Julio Alberto Baños, al que le había llegado por conexidad con otra denuncia por tenencia de drogas que pesaba sobre Espínola Cristaldo. Hubo ruedas de reconocimiento y todos los testigos lo señalaron al detenido como el autor del homicidio de Ledezma Valenzuela. Además, todas las pruebas labradas por la División San Martín de la Policía Federal fueron concordantes.

El hecho que se imputa a Cristian Espínola Cristaldo se encuentra tipificado en el delito de homicidio simple: “El autor del delito de homicidio que utiliza como medio de agresión un arma blanca de importantes dimensiones, actúa de forma consciente y voluntaria, pues… sostener que no pretendía causarle la muerte, constituye una contradicción y un absurdo”, según cita en la resolución judicial que ahora está muy cerca de ser elevada a juicio oral.

Al momento de agredir a Ledezma Valenzuela, Espínola Cristaldo ya tenía antecedentes en el marco de otra causa y, el 1 de julio de 2010, se le había concedido la excarcelación bajo caución real de $ 500. Sin embargo, no cumplió “con la obligación que asumió en ocasión de obtener su libertad” ante el Tribunal Oral No. 5. Allí, tiene una causa que lo imputa por infracción al Art. 14 de la Ley 23.737, por tenencia de drogas.

El móvil que surge del expediente judicial sería que el periodista y dirigente barrial Adams Ledezma Valenzuela estaba en contra de la venta de drogas y habría intentado impedir que el imputado la comercialice a los jóvenes menores de edad que fueron citados anteriormente.

Los interrogantes:

A pesar de los reconocidos avances en la investigación Fopea espera que en lo que resta del proceso judicial se aborden una serie de interrogantes que permanecen sin respuesta.

Respecto de la atención inmediata de Adams Ledesma tras el ataque sufrido, persisten dudas sobre la demora del servicio de emergencia SAME y de la Policía Federal.

Asimismo, no están claras cuestiones propias del proceso de investigación, como lo relativo a un cigarrillo encendido en la mano de Ledezma Valenzuela siendo que no fumaba, o la extraña desaparición del teléfono celular de la víctima, que se perdió cuando era trasladado en la mochila de un policía que intervino en el caso, mientras este viajaba en colectivo.

Finalmente, Fopea estima que este hecho podría ser un disparador para que la justicia avance hacia la investigación de las causas de fondo que habrían motivado el asesinato de Adams Ledesma, más allá de que el homicidio podría estar técnicamente resuelto tras el juicio a Espínola Cristaldo. Es necesario saber si el crimen pudo tener algún tipo de relación con la actuación de redes de narcotráfico y la comercialización de droga en la Villa 31, lo que no puede dejar de relacionarse con la advertencia del periodista Adams Ledezma Valenzuela quien había dicho que iba a denunciar a quienes vendían y compraban drogas en la villa. Además de indagar sobre quiénes pudieron haber participado del encubrimiento del imputado mientras estuvo prófugo.

A 9 meses del crimen de Adams Ledezma Valenzuela, Fopea aboga por un completo esclarecimiento del hecho.

(*) La Comisión de Fopea que trabajó desde octubre de 2010 para monitorear la investigación del caso Adams Ledezma Valenzuela estuvo formada por los periodistas Silvia Martínez Cassina, Miguel Paschetta, Stella Bin, Gabriel Levinas y Soledad De Marco, con la coordinación del presidente de Fopea, Gabriel Michi, la coordinadora del Monitoreo de Libertad de Expresión, Mónica Baumgratz, y el director ejecutivo Andrés D´Alessandro. Esta comisión cuenta con el asesoramiento legal del Dr. Miguel Julio Rodríguez Villafañe, integrante de Fopea y Consultor especial honorario del Monitoreo de Libertad de Expresión.

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