En el Congreso Internacional de Periodismo de FOPEA, el periodismo en el nuevo escenario político y tecnológico fue el eje central. Cerca de 300 periodistas y estudiantes se reunieron para debatir y hablar sobre temas tales como herramientas de acceso a la información para periodistas, desafíos y actualidad del periodismo de investigación en Latinoamérica, cómo aprovechar las redes sociales y otras plataformas de la web para encontrar y contar unas historias, entre otros.
En el panel sobre Derecho al olvido, Ley antidiscriminación y Libertad de Expresión participaron Eleonora Rabinovich, Gerente de política pública de Google, Enrique Chaparro, Presidente de la Fundación Vía Libre y Fernando Tomeo, abogado.
Moderado por José Crettaz, periodista de La Nación, este panel se focalizó en una pregunta: “¿Qué es el derecho al olvido?, ¿Existe?”.
Eleonora Rabinovich lo definió como el derecho a eliminar de Internet algo que puede afectar un derecho personalísimo, es decir, información que pueda comprometer la imagen, reputación o intimidad de cualquier persona. Explicó que en Argentina el derecho al olvido como tal no existe, sino que viene al debate a partir de una sentencia que se llevó a cabo en Europa, que estableció el derecho de la gente europea a reclamar a los buscadores que quiten el acceso en los resultados de búsqueda a links que almacenen informaciones que consideren irrelevantes, inadecuadas, excesivas, entre otras razones.
Por otro lado, el abogado Tomeo empezó su discurso citando un ejemplo de un profesor de San Juan, a quien sus alumnos le inventaron una red social falsa, y subieron fotos de él, atribuyéndole publicaciones falsas hacia su persona. El ejemplo sirvió para llegar a lo que Tomeo considera muy importante: al igual que ningún otro derecho, el de la libertad de expresión no es absoluto.
Tomeo lo criticó que el derecho al olvido es reconocido en Google de Europa, pero no así en América Latina. En tanto, Después de contar que en el último año recibieron 1.200.000 pedidos de remociones, Rabinovich opinó: “El derecho al olvido es como una motosierra que va en contra de la libertad de expresión”. Además, agregó que quizás muchos abusan de este derecho. Si bien ella no se mostró en contra del Derecho al olvido en lo absoluto, sí quiso manifestar que hay que tener cuidado y repasar los distintos casos, ya que hay veces que son “muy grises” y no se sabe bien qué decisión tomar. Porque al fin y al cabo, ¿quién define bajo qué reglas?
Por su parte, Enrique Chaparro agregó que no está de acuerdo con el nombre que se le da, y creyó que la mejor traducción sería “Derecho a ser olvidado”.
Por último, los tres profesionales coincidieron en que la ley antidiscriminatoria necesita una gran revisión, porque parecería no haber precisión con lo que es o no la discriminación.
*Artículo escrito por Ana Enrico, estudiante de Periodismo de la Universidad Austral
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