El Foro de Periodismo Argentino (Fopea) advierte sobre hechos de agresiones físicas y/o verbales a periodistas, fotógrafos y camarógrafos afectados a la cobertura periodística de los cortes de ruta llevados a cabo por las entidades del sector agropecuario y/o por agrupaciones de productores autoconvocados, y reclama que esos incidientes no se repitan. De la misma manera, advierte por situaciones que puedan producirse en manifestaciones o marchas a favor del gobierno nacional, como ya ocurrió en otras oportunidades y que esta organización denunció oportunamente.
En los últimos días se conocieron dos hechos que merecen el repudio de nuestra asociación, y que alertan por la posibilidad de que se reiteren:
– El miércoles 18 de marzo, un manifestante de un grupo de ruralistas autoconvocados de Tucumán insultó y amenazó con arrollar con una camioneta a la fotógrafa Analía Jaramillo, del diario La Gaceta, en la localidad de Los Puestos (Tucumán). La fotógrafa se encontraba tomado imágenes en el momento de la agresión. La Comisión de Ruralistas Autoconvocados hizo callar al exaltado y le pidió disculpas a Jaramillo, aunque no informaron el nombre del agresor.
– El viernes 20 de marzo, la periodista Jorgelina Duarte, de la radio LT14, de Paraná (Entre Ríos) fue agraviada por un grupo de chacareros en el corte del Túnel Subfluvial que une Santa Fe y Paraná.
Por otra parte, Fopea reclama que se permita a los profesionales de prensa realizar su trabajo informativo sin el cúmulo de presiones que vienen soportando desde que comenzó el año pasado la conflictiva situación entre el Gobierno nacional y los sectores del campo. A los periodistas los asiste el derecho de poder realizar su trabajo con libertad y sin condicionamientos, y sin los temores que generan esa clase de presiones. La labor de la prensa en la democracia es brindarle a la sociedad información confiable.
Fopea entiende que el conflicto que vivió el país desde marzo de 2008 dejó expuesto con claridad limitaciones estructurales a la libertad periodística. Los fuertes intereses y pasiones relacionados con el gobierno o con los sectores del campo funcionaron, a veces, como una mordaza para varios periodistas que en todo el país intentan ofrecer una visión más matizada de las diferentes posiciones del conflicto. Tanto editores, como empresas, como la propia censura social, han conformado fuerzas que limitan en muchos casos la labor profesional del periodismo.
Fopea reitera su pedido a todos los involucrados en la cobertura de este conflicto que entiendan que las crisis son un momento privilegiado en el que el periodismo demuestra si tiene la calidad que declama, o ésta es sólo parte de un oportunista discurso de marketing. Llamamos entonces a una reflexión interna en las redacciones para que entendamos que la polarización es un veneno para la verdad y, por lo tanto, un veneno para el periodismo.