En un nuevo Día del Periodista, el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) alerta sobre la difícil situación laboral que hoy atraviesan los trabajadores de prensa y cómo esas condiciones afectan en forma directa la calidad de la información que se le brinda a la ciudadanía.
Los periodistas argentinos hoy están sometidos a múltiples presiones de gobiernos (nacional, provincial y municipales), fuerzas de seguridad, sectores sociales y empresas. Pero particularmente de las propias empresas (privadas o públicas) en los que desarrollan su tarea.
Bajos Salarios, Precarización y fraude laboral, despidos, flexibilización, prácticas extorsivas de los anunciantes, censura, intereses empresariales cruzados, publicidad engañosa vestida de información, abuso de las nuevas tecnologías, son algunas de los condicionantes que más afectan a los periodistas argentinos y, con ellos, a la ciudadanía en su conjunto, ya que dicha afectación plantea un enorme desafío al ejercicio pleno de la Libertad de Expresión. En este 7 de junio, Día del Periodista, FOPEA exige a todos los actores comprometidos en esta realidad a que dejen de lado estas prácticas y faciliten que los periodistas hagan su trabajo informativo con dignidad y libertad. Y les permitan, en definitiva, SER PERIODISTAS
Estas son algunas de las cuestiones centrales que surgen de la propia información que nos brindan los periodistas sobre los problemas que día a día condicionan su tarea, sintetizadas en 10 puntos.
1) En la mayoría de los medios de comunicación del país hay una enorme precarización laboral y se abonan muy bajos salarios. Los periodistas son obligados a tener más de un empleo, con el consecuente impacto en la calidad de la información.
2) En muchos medios se les exige a los periodistas que vendan publicidad para poder tener un espacio o para “completar” sus salarios.
3) Hay demostraciones extendidas en toda la Argentina de precarización laboral con muy pocos empleados en relación de dependencia y muchos que deben facturar como proveedores de servicios cuando no lo son. Las empresas lucran con el trabajo de esos periodistas, no cubren las cargas sociales correspondientes y los someten a una enorme inestabilidad laboral.
4) En otros casos hay empresas periodísticas que cometen un verdadero fraude fiscal y/o laboral reteniéndoles los aportes (jubilatorios y de obras sociales) a los salarios de los trabajadores pero no efectivizando esos aportes.
5) Existen muchos despidos de periodistas en el país, algunos por cuestiones económicas pero otros que hacen pensar en persecuciones ideológicas o diferencias editoriales, hechos que podrían constituir episodios de censura. Además, en ciertos medios se le impide a los periodistas organizarse gremialmente o se persigue a sus comisiones gremiales internas.
6) Existe una fuerte sobrecarga en el trabajo de los periodistas, tanto en sus funciones especificas como en las exigencias empresariales para un uso abusivo de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
7) Hay una permanente invasión de los contenidos surgidos del área publicitaria sobre el área periodística de los medios, con mensajes comercialmente pautados que nunca son explicitados ante la audiencia. También hay un uso extorsivo de la publicidad oficial (nacional, provincial y/o municipal, de distintos partidos políticos) como en el de la privada.
8) se realizan cobertura de actos políticos o eventos empresariales de dudoso interés informativo y que surge de pautas publicitarias encubiertas, del mismo modo en que se emiten supuestos informes armados por equipos de prensa y propaganda de candidatos o de empresas, sin que medie el tratamiento periodístico correspondiente.
9) Las empresas no invierten en capacitación de sus periodistas, ni en periodismo de investigación.
10) No existe una completa libertad de conciencia de los periodistas en los medios donde trabajan, priorizándose la libertad de empresa por sobre la libertad de prensa y pensamiento, lo que limita la pluralidad de voces y afecta el interés público por la información veraz y confiable.