3 de mayo – Día Mundial de la Libertad de Prensa
En una fecha tan especial, FOPEA reclama por una mayor libertad periodística en la Argentina
En el Día Mundial de la Libertad de Prensa (*), el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) alerta sobre los condicionantes que existen en el país y que dificultan el pleno ejercicio de este derecho, pilar fundamental de la democracia.
En el escenario actual, el periodismo argentino vive una situación de libertad de prensa formal, sin ataduras ni restricciones legales coactivas . Pero tiene sobre todo un problema de limitaciones estructurales, donde sectores políticos, económicos y los propios dueños de medios, construyen una densa madeja de intereses que deja poco espacio para que los periodistas puedan realizar su labor con la fuerza profesional que la sociedad necesita.
El periodista ve particularmente limitada su capacidad para poder concretar un desarrollo profesional con pleno ejercicio de esa libertad de expresión –materia prima de su trabajo en pos de una ciudadanía bien informada- por el accionar de múltiples factores coercitivos que incluyen, en forma central, los intereses de los propietarios de los medios de comunicación privados o las autoridades de los medios públicos donde desempeña sus tareas.
Los intereses de los titulares de los medios de comunicación –sean cuáles fueren- suelen ser un factor determinante en las restricciones que los trabajadores de prensa sufren a diario. Muchas veces esos intereses son simplemente comerciales, como también políticos, dependiendo de los casos. Esos intereses se suelen anteponer al derecho colectivo a un acceso a la información completa, veraz y transparente, ejes centrales de la vida en democracia. También prevalecen esos intereses particulares de los titulares de los medios por sobre los derechos de los periodistas para poder ejercer su trabajo con la libertad que toda la ciudadanía demanda de ellos.
El periodismo debe convivir con crecientes presiones desde sectores del poder (en su definición más amplia) que amenazan o inician acciones judiciales contra periodistas, escraches en las redes sociales, condicionamiento en las coberturas profesionales, intolerancia a quien piensa distinto, seguimientos y espionajes contra la ley y el manejo de la pauta publicitaria oficial (de parte de los diferentes Gobiernos, de varios signos políticos) que opera con un sentido extorsivo hacia los contenidos informativos.
También el periodismo enfrenta desafíos muy fuertes, que abarcan desde la recomposición de relaciones interpersonales entre periodistas, hasta la necesidad de elevar la calidad del trabajo, que es la primera afectada en momentos en que arrecian las presiones extraprofesionales y que actúan como un efecto tenazas desde el ámbito estatal y/o privado.
La defensa de la libertad periodística abarca a la sociedad en su conjunto, empezando por las más altas autoridades de los tres poderes del país. Pero también es fundamental remarcar la responsabilidad especial en lo que respecta a los directivos de las organizaciones periodísticas, sean privadas comerciales, sociales o estatales, las que deben invertir en la capacitación de sus empleados, pagar sueldos justos y en tiempo, evitar la precarización laboral que tanto daña al derecho de los periodistas pero también a la calidad de la información, y establecer voluntariamente códigos de ética con pautas claras para sus trabajadores y para todos los ciudadanos.
Es preocupante el cuadro de agresiones a la libertad de expresión, que releva anualmente FOPEA. Cada hecho concreto es un caso puntual, y puede y debe, ser establecida la responsabilidad de quien concreta el ataque, como de quien lo ordena. Pensar que forma parte de los riesgos profesionales es naturalizar una situación inadmisible en todo contexto de consolidación de la democracia. El Monitoreo de FOPEA está presente en la mayoría de las provincias argentinas, y trabaja de acuerdo a protocolos que son permanentemente revisados. Las agresiones físicas a periodistas y a medios, las amenazas, y otras formas de censura directa son siempre denunciadas por nosotros, previamente al chequeo de los datos.
FOPEA quiere ratificar su lucha por una libertad de expresión plena en el país, que es lo que nuestra democracia necesita. Durante los últimos trece años, desde la creación de nuestra organización, hemos estado día a día intentando mejorar la protección de los periodistas. Y podemos decir, con mucho conocimiento de la situación, que hay limitaciones coyunturales y estructurales que afectan severamente a la libertad periodística.
Por otro lado, hoy, 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, es una fecha oportuna para reclamar, en un año electoral, a todos los precandidatos a cargos ejecutivos y legislativos de todo el país que expresen sin matices su respaldo al derecho de los pueblos a estar informados, y a defender la libertad de trabajo y de conciencia de los periodistas. FOPEA está convencida de que el aprendizaje democrático por parte de todos los sectores, nos permite exigir el cumplimiento efectivo de los siguientes cuatro puntos:
1. Ofrecer con frecuencia conferencias de prensa con agenda abierta sin excluir arbitrariamente a periodistas o medios periodísticos.
2. Asegurar la transparencia de las actividades gubernamentales, facilitando a los ciudadanos las herramientas que requieren para ejercer sus derechos constitucionales, como una ley nacional de Acceso a la Información, deuda pendiente de la democracia argentina.
3. Establecer mecanismos equitativos y transparentes para la distribución de la publicidad oficial en los distintos niveles de gobierno.
4. Promover el pluralismo en todos los medios públicos y privados del país.
La democracia argentina necesita que el periodismo mejore, y ésa es una responsabilidad de todos.
(*) 3 de mayo. Día Mundial de la Libertad de Prensa. El 1993, la Asamblea General de Naciones Unidas, por iniciativa de los países miembros de UNESCO, decidió declarar el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa.