Ese día Santoro recibió un correo electrónico que decía “vos tenías esa información ayer, por qué no la publicaste”, efectivamente el periodista contaba con esa información, pero esperaba publicarla en la edición del día domingo. El mail anónimo también decía que no se gastara en rastrear su dirección de IP (número que identifica a cada computadora y que permitiría identificar de dónde fue enviado el mail), ya que no iba a poder localizarlo.

En tanto, el 2 de Junio, mientras Daniel Santoro se encontraba investigando temas relacionados a la SI (Secretaría de Inteligencia, ex SIDE), recibe un mail desde la casilla de correo lasideteespia@gmail.com, en el que aparecía el siguiente párrafo: “El prestigioso periodista Daniel Santoro quien viene publicando hace meses una de las fotos extraídas de la causa penal contra Palacios, James y Macri, a modo de mediático caza recompensas. Será utilizado ingenuamente de su parte obvio.”

El IP de la computadora que envió ese correo tampoco pudo ser identificado por los técnicos de Clarín, ya que la persona que lo envió tomó recaudos tecnológicos que evitó que pueda ser rastreado. Lo que sí pudieron determinar los técnicos, es que la computadora de Santoro no fue hackeada, es decir que la información tuvo que haberse filtrado por otro medio.

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