By El co-creador de The Daily and Caliphate en The New York Times explica cómo comenzó su viaje de Podcasting.
Cuando Andy Mills era pequeño, quería ser predicador. Era el ejemplo más cercano de un narrador de cuentos que tenía en su pequeña ciudad, donde no había ningún grupo de cine o teatro y los trabajos de actuación no estaban en la mente de nadie.
“El predicador fue quién me inspiró, pero más que solo ser un artista intérprete o ejecutante, el predicador estaba haciendo un bien a la comunidad y simplemente hacía que las personas se sintieran conectadas con una historia más grande”.
Pero durante sus estudios en una universidad cristiana, se interesó más por otras religiones y quedó cautivado con la idea de contar historias que no formaban parte de ninguna tradición en particular.
Mills comenzó a trabajar en periodismo cuando viajó con un amigo a Sudán del Sur, donde hizo investigaciones para una organización de voluntariado, sintiéndose más conectado con el audio como una manera de contar historias auténticas. “Fue realmente difícil captar la emoción que estaba experimentando, las palabras llorosas, el crujido de la voz humana”, comentó Mills.
“Después de estar en Sudán durante un año, conseguí un trabajo pintando casas, y mientras pintaba escuché mucho de This American Life. Ahí me di cuenta que es mucho más fácil transmitir la emoción de la experiencia de alguien si grabas su voz, simplemente grabarla. Puedes grabarlos durante horas y solo editar eso”.
Comenzó a producir historias de audio desde su departamento y las compartió con otras personas cuyo trabajo admiraba. Finalmente, uno de ellos le consiguió un concierto en Radiolab, que Mills escuchó atentamente para poder narrarlo.
El enfoque de Radiolab para la narración de audio se centra en desbloquear la “información emocional”, por ejemplo, recreando el momento en el que alguien que recibe una carta. Su estilo de presentación de historias llevó a la radio pública a otro nivel.
Cuando Mills se unió a The New York Times en 2016, su equipo recibió el mandato de averiguar cómo sonaba el NYT. Pero como el mandato de Trump ya había comenzado a sacudir el país, Mills vio en su nuevo rol una oportunidad de cambio. “Francamente, como una persona que creció en el campo y ahora vive en la ciudad, vi una gran desconexión. Las personas que me rodeaban ahora parecían tener una idea equivocada sobre las personas que vivían en el campo y parecía que había una creciente intolerancia sobre las opiniones diferentes. Vi eso reflejado en el periodismo estadounidense y quise cambiarlo “.
“Afortunadamente, el NYT asumió un gran riesgo al contratar a una persona como yo. Tengo una formación peculiar, pero es genial porque siento que estoy haciendo exactamente lo que pretendía hacer”. Mills se unió a The New York Times con la idea de que se convertiría en la serie Caliphate, que sigue al reportero del NYT Rukmini Callimachi documentando ISIS y la caída de Mosul.
La posibilidad de un programa de entrevistas diario también estaba sobre la mesa, pero el NYT aún no tenía una receta específica en mente para combinar las noticias diarias con la narración de historias en audio. The Daily nació cuando asumió Trump y el tamaño y el éxito del proyecto tomaron al equipo por sorpresa. Se convirtió en el Podcast más descargado de Apple en 2017, ganó un duPont Award en 2018 y a partir de entonces, el equipo de Podcast incluye a seis productores.
“La gente comenzó a estar más interesada en los Podcasts y a sospechar más de las noticias de la televisión y de lo que estaban leyendo en Facebook”, “También nos dimos cuenta de que nadie sabía como eran los Podcast diarios de noticias. Ni nosotros lo sabíamos cuando comenzamos a trabajar en eso”.
“Intentamos varias cosas antes de decidirnos por el formato que tenemos ahora de inmersión profunda en la historia donde el periodista no solo está informando lo que ve, sino que de alguna manera lo está viviendo. Eso nos sorprendió mucho cuando nos dimos cuenta de lo que producía en la audiencia”.
Mills trajo la idea de la información emocional de Radiolab y el equipo hizo uso del concepto para crear una experiencia más inmersiva. El uso de material de archivo juega un papel importante, y la narración de historias se toma muy en serio, incluso en las noticias diarias.
Pero el tono de The New York Times también es lúdico. “Ves mucho de eso con Caliphate. Tomamos algunos riesgos en término de sonido, dejando algunas cosas sin configurar y sin señalizar”.
A medida que los oyentes se acostumbran más al medio de podcasting, los creadores tienen más flexibilidad para experimentar. Del mismo modo que los directores de cine pueden tomarse más libertades con la forma en que organizan escenas o cortan, también lo hacen los productores de podcasts, dice Mills.
“Rukmini, la periodista, es graciosa, pero su humor es realmente oscuro y lo extraño. “Ella es en realidad una inmigrante rumana en los Estados Unidos y yo quería aprovechar eso. No quería ocultar ese aspecto de su personalidad a los oyentes para que puedan sentirse más cerca de ella, pero incluso eso era un poco arriesgado “.
“Porque tenemos este tipo de periodistas que cubren algo tan serio como la guerra en Iraq, la esclavización de los yazidis, y a veces tenemos la idea de que estos periodistas tienen que ser como los de la BBC”. “Ella era el personaje principal del programa, y de alguna manera estaba tratando de documentar su experiencia, sus puntos de vista”. El sonido, la trama, la falta de explicaciones excesivas, el hecho de que no había un anfitrión tradicional, que había humor, esos son todos los aspectos de la experimentación con la que nos estábamos metiendo “.
Este articulo fue publicado originalmente por The Power of Storytelling y extraído de journalism.co.uk
