La periodista Clarisa Ercolano, que escribe para la revista Noticias Urbanas y colabora en los diarios Página 12, Tiempo Argentino y Diario Z, de la ciudad de Buenos Aires, fue hostigada, junto a su pareja, por el funcionario porteño Jorge Azaar, a cargo de la Dirección Operativa Jurídica. Dirección general legal, técnica y administrativa del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y adolescentes (CDNNyA) del Gobierno porteño (GCBA). El proceso culminó con el pase de sector de la pareja de la periodista para escapar de este acoso.

Los hechos se iniciaron con la publicación de una nota en el semanario Noticias Urbanas sobre al menos tres niños que habían sido internados en el hospital Fernández por intoxicación con pegamento y eran los mismos que meses atrás habían sido víctimas de abusos en un baño del shopping Alto Palermo. Este caso, junto a la publicación de un documento que daba cuenta del seguimiento insuficiente de un hecho en particular -que involucraba a una menor- expusieron las deficiencias del organismo gubernamental porteño CDNNyA.

Por su parte, el esposo de la periodista, Cristian Minzer, trabajaba en esa repartición del GCBA y, a raíz de la nota, fue intimado por su director Jorge Azaar y luego obligado a un traslado presionado para que gestione su propio traslado a otro organismo gubernamental. En esa misma instancia, Azaar le informó que tomarían acciones contra la periodista y contra el medio de comunicación para que Ercolano fuese desvinculada, aunque eso no sucedió.

En esos días, Azaar hasta llegó a pedir explicaciones a Minzer por los posteos en Facebook de su mujer, donde ella denunciaba el hecho y pedía la solidaridad de sus colegas, inculpándolo una vez más por derivaciones de la profesión de Ercolano. Además, se le negaba el envío de médico laboral, se le computaban ausentes y se negaban a recibirle certificados médicos que daban cuenta del estrés que estaba soportando por tal situación. Ante el pedido de Minzer de ser trasladado a otra repartición sólo recibía negativas.

La periodista dijo a Fopea que se sintió limitada en su ejercicio profesional, temiendo abordar nuevas temáticas relativas a esa área por represalias a su marido. “Me siento atada para trabajar más allá de la bronca que me da ver a mi marido así. Ya siento culpa hasta por haber escrito lo que escribí. Es un desgaste psicológico grande el que hace esta gente, no pueden desmentirme y buscan entonces perseguir laboralmente a mi pareja”.

Finalmente, luego de reiterados llamados de Fopea, Yael Bendel, presidenta del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y adolescentes (CDNNyA), informó a Ercolano señalando que el pase de Minzer ya no sería frenado, y posteriormente fue concretado.

Sin embargo, al día de hoy, ni Ercolano ni Minzer recibieron disculpa alguna por la situación vivida. El pase, denominado “en comisión” es por un año y a renovar, lo que hace que Minzer siga dependiendo del Consejo. Tampoco Ercolano pudo constatar si desde el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y adolescentes (CDNNyA) del Gobierno porteño (GCBA) se haya elaborado una recomendación interna para que este tipo de ataques a la libertad de expresión y al libre ejercicio profesional no vuelvan a ocurrir.

Acción de Fopea: Investigó el caso.