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Fopea reclama que se investigue denuncia de periodista por apremios policiales

El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) reclama que se investigue la denuncia del periodista Franco Farías, corresponsal de la radio Estación de Villa del Totoral (Cordoba), en contra de policías provinciales que lo detuvieron el domingo pasado a la madrugada, y que además lo obligaron a borrar la filmación de una violenta detención anterior a la suya que él había registrado con su teléfono celular, al cierre del festival de Jesús María.

El periodista agredido efectuó ayer una presentación ante el Tribunal de Conducta Policial y ahora se apresta a efectuar una denuncia penal por “privación ilegítima de la libertad”, según dijo a FOPEA. “Cuando me llevaron a la Comisaría les dije que era periodista y eso agravó la situación. Me pidieron que borre la filmación y me negué. Pero después lo hice por miedo”, dijo Farías, de 21 años, quien había concurrido al festival con un amigo por interés personal y no para trabajar.

Julio Herrera Martínez, secretario de Inteligencia del Tribunal de Conducta Policial, dijo a FOPEA que tras la recepción de la denuncia se ha iniciado una investigación y que hoy dos de los policías acusados brindarán su testimonio. Además, afirmó que también se ha recibido un archivo de audio que Farías habría podido preservar y que grabó cuando era trasladado hacia la comisaría.

Según la denuncia de Farías, todo comenzó a las 7.30 del domingo en la estación de ómnibus de Jesús María, cuando se producía la detención de un joven. “Estaban siendo muy violentos. Eran cuatro o cinco policías que estaban deteniendo a un chico que después vi en el calabozo y que me contó que lo habían arrestado porque en la terminal hubo empujones y él estaba en el medio”, dijo el periodista, que se había trasladado a Jesús María para disfrutar el festival. Esa detención y la intervención posterior de un miembro de la Guardia de Infantería fueron filmadas por Farías con su celular. “La gente los abucheaba. Y se baja del colectivo de la Policía uno de Infantería y le pega con la mano abierta en la cabeza”, relató. Cuando Farías y su amigo Alexis Ibarra, también de 21 años, estaban viendo el video en la terminal, se les acercaron policías y los llevaron hacia la comisaría. “¡Borralo ya! ¡Borralo ya! Te vas ahorrar una banda de problemas”, dijo uno de los policías, según relató Farías.

“En la comisaría nos recibió el sargento Germán Pereyra. Estaba identificado. Es pelado y gordo. Y otro policía, José Luis Salazar, que después se cambió la identificación. Ellos me metieron sólo a mí a una oficina y me piden que les muestre el video. Les digo que soy periodista y que no voy a borrarlo”, agregó Farías. Según la denuncia del periodista, mientras eso ocurría dentro del despacho, en un pasillo su amigo era golpeado contra la pared por otro policía. Farías dijo que tras borrar el arresto una cabo de apellido Gigena le informó que estaba detenido y que, cuando fue liberado, 9 horas después, le dijeron que era por “supuesto estado de ebriedad”. “Les pregunté qué médico me había revisado, cuál había sido el dosaje de sangre que me habían hecho…”, recuerda el periodista. “Pereyra me dijo: Seguís haciendo preguntas pelotudas, ¿querés que te meta dos días más acá? Vos entraste acá por eso ¿ok?”. “Callate la jeta -continuó el sargento, según la denuncia – y agradecé que te soltamos. Vos sos periodista, hacé tu trabajo. Nosotros somos policías y hacemos el nuestro y si tenemos algún error lo corregimos nosotros”.

Finalmente, según Farías, una médica que estaba en el lugar firmó los certificados por supuesta ebriedad sin revisarlo. Lo mismo habría firmado, según observó, certificados de otros detenidos, bajo la misma modalidad. En su cuenta de Facebook, Farías relata que estuvo en un calabazo con una treintena de personas, algunas golpeadas fuertemente.

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