En la era de la información, la proliferación de plataformas digitales, genera un ambiente propicio para la propagación de noticias falsas. Entre tanta información, la veracidad de la misma se diluye, y es muy difícil para las personas diferenciar qué es verdad y qué no.
La desinformación se produce a partir de la difusión de información falsa, imprecisa o engañosa diseñada, presentada y promovida para causar intencionalmente daño público o ganancias económicas.
Vale aclarar que el término fake news, de uso extendido, no captura el complejo problema de la desinformación, que involucra contenido que no es realmente o completamente falso, sino información fabricada combinada con hechos, y prácticas que van más allá de cualquier cosa que se parezca a noticias.
La desinformación divide a la sociedad, genera ira y miedo, y perjudica a la democracia. Cuando la sociedad reconoce a la desinformación como tal, puede comprender los hechos con datos ciertos y contrastar opiniones.
Con el objetivo de conocer el nivel de desinformación de los ciudadanos argentinos, y cómo impacta en su vida cotidiana, en el marco del proyecto 100 Por Cierto, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) y Thomson Media realizó una encuesta a más de 1500 usuarios digitales en todo el territorio nacional.
Los usuarios del ecosistema digital tienen derecho a acceder a información transparente y confiable sobre los asuntos públicos, hecho fundamental para el ejercicio de sus derechos en la democracia.
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